A dieta

Qué maravilla esto del verano: playita, cervecita, calorcito, todo en diminutivo que nos hace la vida más feliz y llevadera. El verano es maravilloso por mucho que nos quejemos del calor y la gente y todo eso, pero la verdad sea dicha: la cerveza fresca sentados en una terraza borra de un plumazo todos nuestros males. Pero todo verano trae consigo la DIETA DEFINITIVA, porque ya no se denominan dietas milagro que ya nadie se lo cree y ha pasado de moda, ahora es la «dieta definitiva», «infalible»  o algo por el estilo, que no parezca que nos están vendiendo la moto.

Después de tantos veranos leyendo sobre dietas en revistas de moda por puro placer y observando que hay poca diferencia entre ellas, yo me pregunto: qué fue antes ¿el huevo o la gallina? ¿Nos lanzan dietas y consejos antes y durante las vacaciones de verano porque nosotros lo demandamos  o lo demandamos porque no podemos vivir sin ese aluvión de consejos dietéticos?  ¿Podemos imaginarnos un verano sin que nos digan «los alimentos que menos engordan para un verano en tu línea»?

Marilyn Monroe - (Andre de Dienes)
Marilyn Monroe – (Andre de Dienes)

Vivimos una época rara -como todas las demás- no nos podemos fiar de nadie, todos hablamos de todo y nadie es experto en nada. Y los usuarios, que hemos venido a jugar, o nos lo creemos todo o nada. Y así andamos que, dependiendo de cómo tengamos el día o todo nos parece una patraña o nos lo creemos todo.

Entre tanta dieta también nos hablan de la autoaceptación, algo muy importante pero eso ya es más serio y no da tanto juego, así que en verano nos ponen a dieta, ha sido siempre así y no tiene mucha pinta de cambiar. Cambiamos de dieta como de chaqueta, pero pocas veces lo hacemos de mentalidad y lo siento, pero sin cambiar la mente, no vamos a cambiar el cuerpo. Sí suena muy Coelho, lo lamento, pero es lo que hay. Lo que tenemos en la sesera es lo que determina nuestra forma de encarar las cosas, nuestras dietas, nuestro ejercicio, nuestras relaciones sociales; todo pasa por nuestra cabeza. Lo que se cuece dentro es el punto de partida, luego ya viene todo lo demás.

Así que llega el verano y se nos junta todo: el querernos tal y como somos que eso parece que lo dejamos en segundo lugar, el estar perfecta -lo que sea eso-, pasarlo bien, beber y comer con alegría y sin remordimiento pero sin perder la línea…y claro todo no se puede y vienen los «estreses» porque no somos como las chicas de las revistas.

Hay que hacer malabarismos para encontrar el equilibrio entre lo que uno es y lo que quiere convertirse. La presión social está ahí, siempre lo está, aunque digamos que no nos afecta, mentira cochina, lo hace. Lo único que podemos hacer es buscar nuestro equilibrio, algo bastante complicado de conseguir, de ahí que nos caigamos tantas veces de culo pero gracias a las revistas e influencer que hablan de todo lo tenemos más fácil ¿verdad?.

Sed buenos
Danae