Hay noticias que, de lo absurdas que son, parecen sacadas del Mundo Today, pero no, son solo una muestra más de lo mucho que se nos va la pinza. He leído un texto de hace unos días que se hace eco del blackfishing, ¿del black qué? Sí, eso. Resulta que algunas instagramers -me encanta cómo suena eso, parece un trabajo y todo- se maquillan y peinan para parecer negras porque parece ser que así captan más seguidores. Pues ya me disculparéis, pero yo a esta estrategia le veo lagunas por todas partes:
- Para empezar, todo el maquillaje que uno se pone, luego hay que quitarlo. O sea que no quiero ni pensar cuantas horas se pasarán las chiquillas desmaquillándose, no les dará el dinero para tanto algodón.
- Son muchas las personas que lo encuentran ofensivo. Algo bastante comprensible teniendo en cuenta que a la raza negra siempre le han caído hostias por todos lados por ser como son. Y ahora de repente, oye que todo el mundo quiere ser negro, y de la forma más superficial del mundo, resaltando lo cool de su estilo sin ir más allá. Pues sí, entiendo que la gente se cabree.
- Y por último, ¿exactamente cuál es el plan? ¿Empezar la cuenta con una tez más blanca e ir progresivamente oscureciendo la piel hasta que ¡pum! un día te vuelvas la diosa del ébano así por arte de gracia?. No lo veo.
La última pillada de blackfishing, se la hicieron a una tal Emma Hallberg, yo ni idea de quien es pero tiene tropecientos seguidores en Instagram. ¿Y qué hace? Se autodefine como modelo e influencer, cada uno que saque sus conclusiones. Resulta que la muchacha se ha defendido diciendo que ella es que se pone muy morena con el sol, vamos el «jo tía, estás negra» que nos decimos en verano, pues en este caso resulta ser literal.
Todo esto por culpa de una tuitera que se ha dado cuenta de que la chica que ella creía afrolatina era una sueca que de negra tenía poco. Y a partir de ahí, ya se ha liado parda y Emma diciendo que no, que ella no es negra y que no quiere serlo. Y el resto, ya y entonces porque te maquillas y peinas como una negra si no quieres parecerte a una negra¿eh? ¿Eh? Y así todo el rato.

Hay más casos como los de la tal Emma, si queréis los buscáis en Google. A mí lo que me llama la atención de todo esto es que ya exista una palabra para denominar a una persona blanca que se hace pasar por negra con todo lo que ello conlleva: pelo, ropa, rasgos, color de piel… A lo mejor ya existía la palabrita de marras y yo no me había enterado hasta ahora, puede ser. Pero eso no reduce mi asombro. Estamos como cabras, señores. De eso no hay duda: personas haciéndose pasar por quien no son, otras que siguen a otras porque les mola y son como a ellas les gustaría ser. Y así estamos todo el rato, siguiéndonos unos a otros y perdiendo el rastro de nuestra propia esencia.
Amigos, vivimos en el mundo de la apariencia. Vivimos por y para ella. Esto es así. Es una mierda pero lo hemos creado nosotros mismos con nuestras manitas y precisamente por eso, ocurren estas cosas. Miedo me da saber cuál va a ser el próximo concepto que aprenda.
Sed buenos
Danae