Esta semana he estado de vacaciones. No me he ido a ninguna parte, ni he hecho nada extraordinario, simplemente necesitaba tener una semana tranquila para hacer mis cosas. Sin embargo, por diversos motivos, no ha sido tan productiva como esperaba.
Cuando escribimos los planes en nuestra agenda no tenemos en cuenta los factores externos, las angustias, la falta de concentración, las comeduras de cabeza y el calor que, por lo menos a mí, me deja hecha un asco. Como humanos que somos, estas cosas nos afectan y pueden hacer disminuir nuestro rendimiento y claro, uno tiende a culparse por no alcanzar el objetivo marcado. Bien. No lo hagamos. No tiene ninguna utilidad. No nos va a devolver lo que ya hemos dejado atrás. No perdamos el tiempo en ello.
Esta semana he vivido en la espesura de mi mente, abriéndome paso entre la maleza como un explorador en la selva. He creado un camino que no existía. He ido más despacio, pero haciendo todo lo posible para avanzar. He escrito, he leído y he hecho algunos cursos que tenía pendientes. También he visto películas de esas de sábado por la tarde y series que he descubierto por casualidad. Y en ese descubrimiento ha habido otros más pequeños y superficiales, pero que me dibujan una sonrisa en la boca, como saber que Johnny Depp no es el único hombre al que le queda bien el lápiz de ojos y que Robert Sheehan también lo lleva con bastante dignidad.
Me he dado cuenta que no hacer nada también es hacer algo si se disfruta al máximo. Eso sí que ha sido todo un descubrimiento. He sido muy feliz -no solo de hombres con los ojos pintados vive una- bailando como una loca la canción Saturday Night de Bay City Rollers. Una canción que llevo escuchando todo el fin de semana y que me ayuda a sentirme más ligera de ese equipaje mental que lleno de «por si acaso» que nunca llego a utilizar.
Y ahora, después de recordar esta semana rara, observo que he hecho mucho más de lo que creía en un principio. Poco a poco, paso a paso, creando mi propio camino. Tan absorta estaba en no haber conseguido lo que buscaba que no me había fijado en lo mucho que he avanzado. Ya lo dijo Machado «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.» Se nos olvida demasiadas veces, como el resto de las cosas.
Danae