Empiezo con contundencia. O mejor no. Mejor añado interrogaciones: ¿existe la cordura?. Muchos creíamos que sí, pero todos los indicios indican que no existe tal cosa. Puede que creer en la cordura sea más un acto de fe que de otra cosa, ya que, como digo, tampoco hay muchas muestras de ella.
La RAE sostiene que «Cordura» es la virtud de los que no son o no están locos, de los que están en su sano juicio y en ejercicio de sus atributos intelectuales. Pero, ¿qué es estar loco? No tener juicio, estar desacertado, no encajar en los límites de la razón… Estar cuerdo es lo correcto, y estar loco lo incorrecto; sin embargo, hay más pruebas de lo segundo que de lo primero. ¿Quiere decir eso que la locura es la nueva cordura? No lo sé. Tal vez nos ayudaría a aclarar todo esto saber quién fue el lumbreras que estableció dichos parámetros, ¿fue un loco tomado por cuerdo o un cuerdo con mucha locura? ¿Por qué le creímos a él y no a otro?.

Entre pitos y flautas, entre definiciones y etiquetas, una, o sea yo, ve el mundo que se supone cuerdo y responsable llenarse de mascarillas, de hipótesis y teorías de la conspiración, de ansiedades y seguridades, de mentiras vendidas como verdad y realidades paralelas; de protestas y protestones, de ofensas y ofendiditos, de gritos y sordos, de idas y de venidas, de imbéciles y honestos, de entendidos y desentendidos. La vida está llena de locos cuerdos y cuerdos locos y nadie sabe lo que hace. Estamos rodeados de diccionarios abandonados, de palabras pisoteadas, de consejos edulcorados, de felicidad impuesta, de violencia camuflada, de miedos, de ciegos y oídos sordos. Todos tienen razón. Nadie la tiene.
¿Existe la cordura? Sí….no… La balanza no se decide. Nosotros tampoco. Seguimos sin saber. Locos o cuerdos, vivimos fingiendo saber lo que hacemos. Muéstrate seguro y te creerán. No dejes que vean tus inseguridades o fallarás. Locos. Cuerdos. Fingimos. No siempre. A veces. Muchas. Mientras tanto, la vida continúa tejiéndose sin ningún sentido ni explicación válida que satisfaga a todos. Tal vez porque todas lo sean. Válidas a pesar de su falsedad, falsas a pesar de las pruebas. No existe la cordura. O sí. Sí existe la locura. O no. Una no puede existir sin la otra y, sin embargo, qué difícil es diferenciarlas para quienes estamos cuerdos, o locos, o al revés.
Danae