Lujo

Pasan las semanas y sigo encontrándome con textos que hablan de la decisión que tomó Joaquin Phoenix de usar el mismo traje en todos sus eventos, así como de su fotografía con Rooney Mara calzando unas Converse  y comiendo una hamburguesa vegana. Algo inusual para Hollywood, pero no para la gente de a pie, que lo de repetir ropa e ir en zapatillas deportivas es lo normal.  El tiempo pasa y sigo viendo cómo se habla de él como si fuera el nuevo representante de lo sencillo y del nuevo lujo, porque ahora la sencillez es lujo. Ejem. No. Una servidora se pasó gran parte de su infancia vistiendo la ropa de su hermano mayor… me río yo del smoking de Phoenix.

El lujo, el nuevo, el de siempre y el que debería importarnos es disfrutar de lo que nos rodea, no porque seamos conformistas, sino porque sencillamente no necesitamos nada más. En eso fallamos. Todos. Vivir. De verdad. Eso es el lujo. Y eso es precisamente lo que no vemos, a pesar de tenerlo frente a nosotros.

El lujo es ser conscientes del tiempo y disfrutar de él. Es vivir. Darnos cuenta de lo que nos rodea ajenos al que dirán. Lujo es pegarnos la hostia padre y tener un hombro en el que apoyarnos. Lujo es la sencillez, la de verdad, la que no se compra con dinero, la que está al alcance de todos pero de la que muy pocos se dan cuenta. Lujo no es ropa cara, ni mansiones, ni cenas en restaurantes caros, ni viajar a islas paradisíacas.

Lujo es una ducha con agua caliente, un comentario que nos alegra el día, leer acurrucados en el sillón, una mirada que nos hechiza, una copa de vino, una taza de chocolate caliente, la comida en familia, ver el mar. Lujo son los abrazos reconfortantes, el llorar sin ser juzgado, el estar jodido y no estar solo… eso es el lujo. Ni más ni menos. Sentir que no necesitamos nada más porque ya estamos servidos. Eso, queridos míos, es el único lujo que debería importarnos.

Lujo es detenerse y observar. Lujo no es moverse por inercia sino con libertad, no creernos todo lo que pensamos, acostarnos tranquilos, no sentirnos presionados por las preocupaciones, despertar ligeros envueltos en unas sábanas que aún mantienen nuestro calor nocturno. Lujo es vivir.

Lujo es disfrutar, así en general. Lujo es compartir. Lujo es estar solo. El lujo es lo que nosotros queramos que sea. El lujo debe de ser felicidad y la felicidad en sí es todo un lujo.

Danae