A veces uno mira atrás y ve algunos de sus recuerdos difuminados, como si el tiempo los hubiera dañado. En ocasiones, el daño es mayor y ni nuestra memoria se salva del polvo acumulado por el paso de los años. Puede ocurrir que con soplar un poco vuelva a verse todo nítido, pero también que no haya nada que pueda hacerse; es entonces cuando aparece la necesidad de inventarnos fragmentos que completen ese vacío.
Leí en alguna parte que la memoria se dedica a gastarnos bromas y crea recuerdos imaginados. Puede ser un mecanismo de adaptación, yo de esas cosas no entiendo, pero según parece, este tipo de recuerdos vienen asociados a situaciones cotidianas (perder las llaves y cosas del estilo). Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos eliminar de la memoria esos momentos tan dolorosos y los convirtiéramos en algo feliz? ¿Qué sucedería si pudiéramos manipular nuestra memoria, eliminar aquello que nos hace daño?

De ello se ha hablado en películas, series y libros, como para no hacerlo, es un tema con tirón. Es muy tentador pensar en modificar el final de aquellas historias que no terminaron como quisimos ¿Y si pudiéramos reescribir nuestra historia? ¿En qué nos convertiríamos? ¿Seríamos tal y cómo nos conocen? Si se acaba el dolor ¿qué sería de todas esas frases optimistas que hablan de aprender de los fallos y todo eso que tanto nos gusta leer en las servilletas de los bares? ¿Qué pasaría con los libros de autoayuda?

No es cosa de broma esto de recordar. O nos arranca una sonrisa o nos revuelve el estómago. Son precisamente los recuerdos que nos provocan esto último con los que hay que tener cuidado. El dolor nos marca como un punzón ardiente y la memoria, en ocasiones, nos impide pasar página. Por eso la idea de manipular nuestros recuerdos, de inventarnos unos nuevos para ser felices, aunque sea una mentira, puede ser una buena alternativa a tener en cuenta.
Los recuerdos son instantes impresos en nuestra memoria. Son trocitos de nuestra historia que vagan en algún punto de nuestro cerebro. Es necesario recurrir a ellos para saber quiénes somos y en qué nos hemos convertido. Si eliminamos o modificamos todo aquello que nos quema por dentro ¿qué sería de nosotros? ¿En qué nos convertiríamos?
Ahí lo dejo.
Sed buenos
Danae
*Imágenes: Olvídate de mí