El otro día un amigo me enseñó una tarjeta que iba adjunta a una invitación de boda que decía lo siguiente: Si queréis ayudarnos a disfrutar de una luna de miel inolvidable podéis hacerlo aquí (ese aquí es el número de cuenta). Bonito ¿eh? Yo te invito a mi boda y tú me pagas el viaje. Estamos en paz.
Hace algún tiempo hablaba -sin mucha convicción, todo hay que decirlo- que por mucho que nos quejemos de los gastos que supone acudir a una boda, al final acabamos entrando en el trapo por el motivo que sea, pero sobre todo porque, por nuestros amigos/familia, hacemos lo que sea. Quería creer eso, no ser la que solo ve materialismo en un evento que se supone que celebra el amor. Bien, esta tarjeta ha hecho que lo vea todo más claro.
Aquí tenemos a Fulano y Mengana que te dicen así de buenrollismo que des pasta para irse de luna de miel. Corrijo: una luna de miel INOLVIDABLE. Vamos que como no lo sea, va a ser por TU culpa, maldito tacaño, que hay que ser rancio y asqueroso, mira que no invertir la mitad de tu sueldo en su viaje. Queridos Fulano y Mengana, lo vuestro no es una invitación de boda, es una entrada a una fiesta muy cara. Por esta razón, queridos niños es por lo que papá y mamá terminan borrachos en las bodas, buscan amortizar el coste de su entrada, y todo el mundo sabe que eso solo se consigue en la barra libre.
No. No todos los novios son así, pero veo a amigos arruinarse por acudir a bodas que, en realidad no son más que un intercambio de bienes y eso me cabrea. Yo te invito a mi boda pero todos los gastos, incluido MI REGALO, corre de tu cuenta; y no se te ocurra decirme que porque has viajado taitantos km para venir a mi boda, comprado el traje/vestido y pagar el hotel, no te queda dinero para mi luna de miel.
El problema no es la boda, tampoco el regalo, el problema es la imposición de este y mucho más si para ingresar dinero en un número de cuenta. Estamos encantados de invitarte a nuestro enlace, aquí tienes la cuenta. Gracias.
Hace mucho que no voy a una boda, pero espero y deseo no encontrarme con una tarjeta como la de amigo, porque no sé cómo reaccionaría. Solo espero que los novios de esa boda se quieran lo suficiente como para no necesitar el dinero ajeno para tener una luna de miel inolvidable y es que, llamadme ilusa, pero creo que si te acabas de casar el resto da un poco igual. Que sí, que mejor irse de luna de miel al Caribe que a Albacete, pero lo inolvidable no lo hace el dinero sino los momentos. No sé, seré yo que en el fondo soy toda una romántica.
Sed buenos
Danae