Sin más…caos

Queridos niños, desde que publiqué la entrada del lunes he estado pensando sobre qué escribir el siguiente post (este que ando tecleando ahora).

El otro día hubo alguien que me dijo que el blog debería seguir la línea del anterior y de aquellos que inundé con mi humor sarcástico, pero esto supone un problema para mí ¿Por qué? Porque sarcasmo me sobra y nunca me falta, pero a una también le gusta ponerse de vez en cuando seria y escribir sobre temas de esos que escribe la gente ¿seria? Además, para enrevesar el asunto aún más, también soy nostálgica y romántica y violenta y una explosión de muchas pequeñas cosas que me convierten en una de las personas más caóticas que he conocido. Y ha sido entonces cuando me he puesto a pensar como un filósofo griego -esos que iban en sandalias en pleno invierno pensando mientras se atusaban la barba y vestían con una sábana- y me he preguntado a mí misma…¿Qué es el caos? Dije yo clavando mis pupilas en tus pupilas dilatadas… Sólo que aquí el  “poema” se queda sin su correspondiente “caos eres tú”. Entre otras cosas, porque me parecería de mala educación decirle eso a alguien –de lo de tus pupilas mejor ni hablamos-.

Preguntarse acerca de algo en concreto puede desembocar en una larga conversación que nunca llegue a nada, ya que todo es subjetivo y por mucho que diga la RAE que el caos es “confusión, desorden”, lo que para uno es desordenado, para otros no. Y esto ha sido así siempre, porque si no la guerra madre e hijo causada por el desorden de la habitación, sencillamente no existiría.

Así que así me he pasado los días pensando qué es eso del caos cuando, sin darme demasiada cuenta, resulta que desde hace tiempo vivo en él. Y tal es la magnitud del puñetero caos, que me sorprendo a mí misma un (ya) viernes a las dos y pico de la mañana escribiendo estas líneas.
Así que como consecuencia de mi sinsentido, de la inspiración y del cansancio de una noche de verano, sólo me sale escribir (tenga o no sentido, signifique lo que mi inconsciente quiera que signifique):

El caos me abraza, me consume y yo tan tranquila, ajena a él. Sin saber si es alto o bajo, moreno o rubio, luz u oscuridad. 

Sed buenos
Danae