Síndrome posvacacional

Nos acercamos peligrosamente al final de septiembre y todavía se habladel del síndrome posvacacional. Es normal, teniendo en cuenta que son muchos  los que vuelven ahora de las merecidas vacaciones. Lo que no me parece normal es que se hable de este síndrome como si fuera un drama y se queden más anchos que largos. Decir que estás de «bajona» después de vivir unas vacaciones maravillosas me parece de niño mimado. Que sí, que a todos nos da pereza volver a la rutina, pero ya está. No es el fin del mundo, tenéis un trabajo al que volver, no dramaticemos.

Nosotros nos sentimos «chof» y todo tipo de publicaciones nos miran con ojitos de «oooh qué pobre» y nos dan consejos para pasar ese malísimo trago de volver al curro. Ahí, echando más leña al fuego.

peter granser
Peter Granser

Lo que más me molesta es que no son pocas las personas que piensan que si uno no se va de vacaciones es porque es pobre -es verídico-. Hala, drama queen a tope. Y como nadie quiere ser pobre pues ¿qué hacer? Pedir un crédito. LO NORMAL. Porque todo el mundo sabe que no salir de tu casa es de pobres y queda bastante feo en Instagram. Qué de clase baja eso de quedarse en casa en verano, POR FAVOR. Eso es de gente como muy de a pie. Nada, que antes muerta que sencilla, que mejor endeudarse.

Resumiendo: coges vacaciones en la temporada más alta que existe, pides un préstamo, te vas a una playa estupendísima y llena de gente y cuando vuelves tienes una depresión de caballo. Yo, personalmente, no lo veo rentable.
¿Qué nos está pasando? ¿Qué es eso de leer en todas partes «pautas para superar el síndrome posvacacional» como si se tratara de una depresión de las buenas? ¿Cuándo se torció todo? ¿En qué momento perdimos el sentido común?

Clifford coffin
La naturalidad fotografiada por Clifford Coffin

Drama cero ante estas tonterías, por favor.  Puede que al haber estado en paro más tiempo del que me hubiera gustado valore el curro por encima de muchas cosas y no vea el irse de vacaciones como algo primordial. Por eso si no te vas por ahí en verano porque no se puede, no pasa nada. A lo mejor has cobrado menos de lo que pensabas o  te  has gastado el dinero en otras cosas, qué más da. Siempre puedes conocer el pueblo de al lado o marcarte un maratón de tus series favoritas sin que nadie te juzgue por eso, porque estás de vacaciones.

Así que, queridos míos, si alguno sufre esa «depresión» maldita ya sabéis lo que tenéis que hacer el año que viene: no vayáis de vacaciones y os ahorráis un disgusto. Y, ya de paso, invirtamos unos minutos en valorar lo importante antes de que sea demasiado tarde, no nos vayamos a volver unos completos gilipollas materialistas.

Sed buenos

Danae