Sobre las cosas buenas de la vida

Dicen que cuando uno está a punto de morir, ve aparecer su vida en fotogramas. Lo bueno. No hay tiempo para recordar lo negativo. Todos hemos oído eso, puede que sea más ficción que realidad, pero no es una mala forma de dejar este mundo.

Nos hemos quedado con eso, con la luz al final del túnel y con los fotogramas. Cuando el final esté cerca, estaremos atentos para comprobar si realmente es así. Mientras tanto, mientras podamos, ¿por qué no hacer un repaso de esos momentos felices sin necesidad de más luz que la de la lámpara de nuestro salón?

Sobre las cosas buenas de la vida, ¿qué decir que no haya dicho ya? Tal vez sea repetirme, pero para quienes luchamos contra la parálisis que nos provoca el miedo, para quienes seguimos aprendiendo a vivir, esas cosas buenas no solo son un apoyo, también son la prueba definitiva de que, a pesar de todo, uno avanza; de que a pesar de la sensación de ahogo, uno sale a flote. Puede que eso tenga que ver más con la esperanza que con la vida en sí, pero qué es la vida sino un acto de fe.

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Agarrarnos a esas cosas buenas no sirve para vivir sin miedo, pero sí para vivir bien a pesar de él, enteramente y sin artificios. No nos engañemos. No todo puede ser bonito, porque de los momentos felices no sacamos lecciones. Aprendemos de lo negativo, de las malas decisiones y de los reveses de la vida. De lo que duele es de lo que se aprende. La vida está hecha de esta manera, para disfrutar de lo bueno y aprender de lo malo. No sé quién fue el responsable de semejante decisión, pero es así. Ojalá la vida no escociera ni doliera, pero lo hace. Ojalá todo fuera unicornios y vacaciones eternas, pero esto no es Instagram, es la vida real.

No hay cura para la mortalidad, así que no nos queda otra que sacarle jugo al asunto este del vivir. Venimos aquí y de aquí nos vamos. Punto final. Durante todo ese intervalo de tiempo que llamamos vida, tal vez podamos usar un truco: convertir lo efímero en eterno. Transformar esos instantes de felicidad en una fuente continua de energía que nos impulse hacia delante. Guardarlos todos en nuestra memoria y repasarlos de vez en cuando. No esperemos a morir para recordarlos. Sería una pena.

Danae