Escribo estas líneas en vísperas de Halloween, y en vísperas de Halloween el escaparate de las tiendas de disfraces ofrecen el traje rojo usado en El Juego del calamar. Esa serie de la que todo el mundo habla y que yo no he visto. Un traje rojo tamaño niño de seis años presidía la entrada de una de esas tiendas, como algo normal, como algo cuqui, como si esa serie fuera dirigido al público infantil
Son muchos los que advierten que no es una serie para niños, y por algunas escenas que he podido ver en las redes sociales, ni siquiera creo que sea apta para los adultos más sensibles. Entonces ¿por qué los padres permiten a los niños ver ese tipo de series?
No seré yo quien diga a nadie cómo tiene que educar a sus hijos, pero tenemos que tener una cosa muy clara: la mente de un niño no está formada. No tienen delimitado lo que es real y ficción, sobre todo ahora que el contenido audiovisual se ha vuelto tan realista. Un niño que ve una serie en donde la gente muere de forma terrible y en donde fácilmente podría ofrecerse como manual de tortura a seguir por los más sádicos, ¿qué lecciones puede sacar de ella?
Son muchos los defensores de esta serie, hablan con pasión de la crítica social que esconde tras esa violencia. Esta muy bien para quien le guste ese tipo de contenido, pero recordemos: son niños. No van a encontrar segundas lecturas, lo que ven es lo que es.
¿Cómo podemos ofrecer una educación basada en la tolerancia y en la empatía si ofrecemos a los más pequeños la peor cara de la humanidad en forma de ficción? Una ficción tan realista que bien podría estar sucediendo ahora mismo en cualquier lugar, tal vez uno remoto y a la vez cercano, porque bien es sabido que la realidad siempre supera a la ficción.
Mostrar a los niños un mundo violento puede llevar a una normalización de la violencia, una posterior insensibilización y si todo sale mal, una indiferencia total hacia el dolor ajeno.
¿Cómo vamos a educar a seres sensibles si los anestesiamos con contenidos violentos desde bien pequeños? ¿Qué tiene la violencia para que la normalicemos hasta tal punto de no parecernos incorrectos incluir a los más pequeños en ella? Hoy hago muchas preguntas, y no sé qué me preocupa más que no haya respuesta para ellas o que las que me ofrezcan intenten justificar lo que no se debería.
Danae