Todo vuelve

Sabes que te has hecho mayor cuando te das cuenta de dos cosas: de que la ropa que llevaste hace taitantos años vuelve a estar de moda sin que tú puedas hacer nada para remediarlo y de que hay ciertos comportamientos de los adolescentes que jamás entenderás -aunque eso es lo normal en un adolescente-. En ese instante solo piensas pero ¿tan mayor soy? La respuesta suele ser sí, así que no lo pienses.

Todos sabemos que la moda es cíclica, que todo vuelve convirtiendo las tiendas de ropa  en un batiburrillo de prendas inspiradas en épocas pasadas entremezcladas con las de estética futurista y las «robadas» a ciertas culturas y tribus. Muchas de ellas caerán en el olvido del fondo del armario. Un minuto de silencio por ellas.

spice girls

Hoy triunfan estilos de los más variados, como el de llevar ropa deportiva hasta en la ducha, enseñar el ombligo y llevar unas uñas que deben complicar sobremanera las tareas cotidianas, vamos como las Spice Girls pero en versión moderna. Entre los chicos continúa el afán de llevar los pantalones cuanto más apretados mejor; estoy convencida que, de seguir así, acabarán por pintárselos. Son modas que algún día morirán y serán sustituidas por otras que tampoco entenderemos, pero eso no importa demasiado.

En cuanto a que hay ciertos comportamientos que jamás entenderás… yo desde luego entiendo muy pocos pero uno que se me atraganta  es el de ver a los adolescentes llevando la versión moderna del «loro», ya sabéis ese radiocasette gigante que algunos se colocaban encima del hombro allá por los 80-90 y que todos hemos visto en las películas norteamericanas de aquella época. Ahora, gracias a la tecnología, el loro ha pasado a ser un lorito que te puedes colgar del cuello. Chavales de quince años con un mini altavoz, un móvil gigante que apenas les entra en el bolsillo y una actitud chulesca propia de la edad. Un alarde de generosidad eso de querer compartir su dudoso gusto musical con los demás viandates, gracias. Soy consciente de que no se puede luchar contra el adolescente, tampoco con los padres que les compran artilugios que no tienen ninguna utilidad práctica. Eso no hace la situación más digerible.

Todo esto que viene porque he salido a pasear y he visto a algunas chicas con ropa que hace no tantos años ocupaba mi armario y a otro grupito con un lorito al cuello, qué queréis que os diga, eso no se hace.

La vida sigue, la moda vuelve y  el volumen de la música se eleva para amenizar nuestro paso por un mundo en el que cada vez estamos más juntos y más revueltos.

Sed buenos
Danae